sábado, 3 de enero de 2015

El alma en reparación


Me gusta caminar, aunque esta expresión no le hace justicia a la realidad... más bien vivo caminando; lo convierto en estado porque así existo, así tomo consciencia de mí misma en el espacio y en el ahora. Intentaré expresarlo mejor. Hace unos años, dos para ser exactos, me desconecté de la vida durante unos dos meses... en ese tiempo comía por obligación, me dolía pensar o hablar, no sentía, ni dormía, ni observaba, sólo caminaba. Lo poco que quedaba de mí estaba luchando por ser en acción, en movimiento entre las plantas de mis pies. Desde por la mañana hasta por la noche, sólo andaba como un ser errante en peregrinación a ninguna parte. En ese momento, me había roto. El sistema operativo no respondía, la memoria se había colapsado y todos los virus del mundo estaban haciendo estragos dentro de mí. Mi alma estaba en coma.