martes, 14 de junio de 2011

Caminando encontré

Cuando uno camina, además de un ejercicio excelente, puede encontrarse con múltiples pensamientos, verdades como un templo, descubrimientos y esas historias únicas que brillan como diamantes a la luz del sol, se te meten por los ojos, se impregnan en tu ropa y se aferran a tu corazón. Una tarde, caminando por la vibrante Chapultepec, encontré esta joya.




Isabel era una de esas mujeres que había sido criada para estar siempre a la sombra de alguien, al principio, fueron sus hermanos, cuatro varones, ella, la más pequeña, siempre vio la vida a través de todo lo que ellos hacían; la educación, las inquietudes, los logros y las victorias, la genialidad del sexo masculino, frente a la sumisión del femenino. Sus padres sólo la educaron para complacer a un marido y con el tiempo, eso fue lo que ocurrió.