En mi estandarte porto unos versos de Benedetti, la promesa de sus palabras dibuja en mi semblante la clara certeza de mis dientes triunfantes entre los labios. Un instante me basta para saber que saldré airosa de este destierro, prometo aquí y ahora luchar por mi alegría, yo soy el batallón de avanzada y el de retirada. Sólo yo tengo la obligación de defender el reino de mis pestañas risueñas, de comprometerme con esas filas que esperan lo liviano de mis mañanas, sólo yo puedo encontrar en estas madrugadas de versos compartidos la belleza de estas palabras.
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y de las definitivas.
Defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos.
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos.
Defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias.
Defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres.
Defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa.
Defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Y también de la alegría.
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http://open.spotify.com/track/5XrrFA3jnUypzQt5pfeN6c
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Nadie mejor que Serrat para ponerle música a este poema, gracias Roberto.
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