lunes, 14 de septiembre de 2009

En un instante la vida


En un instante la vida se muestra llena de matices, de posibilidades, de caminos y también de personas que influyen en los giros y en las características de lo que es o será el suceso de tu vida. Curioso es pensar en cuántas cosas podían haber pasado de tantas maneras o en cuántas curiosidades podían no haberse presentado o coincidido para resultar en lo que finalmente sucedió. Hoy, entre la lluvia recuerdo la primera casualidad de mi vida. No tendría ni los famosos cinco años cuando comenzó mi aventura con las palabras, el inicio no pudo ser más desafortunado pues, aunque ellas habían formado parte de mis sueños desde antes de que mi memoria pudiera conservarlos mediante las lecturas pacientes y acogedoras de mi madre antes de dormir, no conseguía entender su manifestación física en el papel, yo veía los símbolos: la princesa "i", el príncipe "e" de esos libros escolares que hacían las delicias de muchos, también nos acompañaba el famoso "micho" que me hacía soñar con esos animalitos tan curiosos que perseguía por el campo de los abuelos, pero mi mente no conseguía relacionarlos con el acto de la lectura y la escritura.


Pasaban las lecciones y la paciencia de los que me rodeaban se iba agotando, mi padre, docente de altos rangos, no podía creer la desgracia de su primera hija: cómo era tan lenta para no entender el alfabeto, para no comprender los primeros pasos escolares, sin duda pensaba que el fracaso escolar se cernía sobre mí como una presa más en las listas de clase, el desahucio anticipado y los sueños del presumir esfumándose. No obstante, mientras me sentaba en mi cama con el libro del curioso "micho" en mi regazo, siempre aparecía mi madre con esa sonrisa de quien espera sin saber qué esperar motivada por la intuición interminable de lo maternal, un abrazo y un qué importa mientras sepas que lo estás intentando, fueron suficientes para que las palabras escritas fueran tomando forma en mi cabecita informal y poco a poco fui entendiendo que la grafía era una herramienta maravillosa para permitirnos captar lo invisible, lo intangible y hacerlo más cercano a los ojos tanto como lo habla el corazón.


En un instante la vida cambió gracias a las miradas desinteresadas y esperanzadas de mi madre por ser su hija y lo que parecía la crónica de un desastre se transformó en mi vida, ahora no concibo el mundo sin sus palabras: distintas costumbres, sueños y anhelos traducidos en grafos que van formando puentes entre unas personas y otras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario